Las cifras no mienten y no tenemos nada más que echar un vistazo a los últimos años, para comprobar que los españoles pagamos hoy en día menos impuestos que cuando gobernaba el Partido Popular en España.
Desde el 2004, el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero ha adoptado sucesivas rebajas de impuestos, que han beneficiado tanto a familias como a empresas por un importe cercano a los 20.000 millones de euros.
El impuesto del IRPF de 2007 sufrió unos cambios notables como la reducción de la tributación en todos los niveles de renta (un 6% de media), se incrementó el número de contribuyentes que no tienen que tributar, entre otros.
En lo que respecta al IRPF del año 2008, se introdujo una deducción adicional de 400 euros, para hacer frente a la pérdida de renta disponible de las familias por la subida del precio de los bienes de primera necesidad y de los tipos de interés.
También un punto fuerte del Gobierno socialista fue la eliminación del impuesto sobre el patrimonio, lo que supone un ahorro de 1.800 millones de euros anuales a más de un millón de contribuyentes, en su mayoría de clases medias.
Otros incentivos fiscales aprobados y en aplicación son las rebajas de las cotizaciones sociales, los cheques bebé y la deducción por alquiler de vivienda, que había sido suprimida por el Gobierno del PP.
Nos encontramos que con el Gobierno de Zapatero hay menos presión fiscal en España de la que había con el gobierno de José María Aznar, y el dato es representativo ya que la presión fiscal registrada en 2008 se ha situado en el 32,8%, la más baja que ha habido en nuestro país desde 1995.
Los ciudadanos españoles pagan ahora menos impuestos que cuando gobernaba el PP, no son meras opiniones sino que son hechos contrastados.
Nuestra situación en Europa también es reseñable puesto que la presión fiscal de nuestro país es de 6 puntos menos que la media de la Unión Europea.
La política de nuestro Gobierno ha sido la de bajar los impuestos, cuando la economía crecía, porque las cuentas públicas lo permitían. Y al mismo tiempo que se bajaban los impuestos, se conseguía superávit, por primera vez en la historia democrática, y se subían las pensiones y se subía el Salario Mínimo Interprofesional. La intención es la de seguir preservando y manteniendo la moderación fiscal, sobre todo, en torno al trabajo para poder seguir estimulando la creación de empleo.
No podemos llegar a comprender la incoherencia del PP que a nivel nacional pide al Presidente del Gobierno que no suba los impuestos a los españoles y en nuestra provincia los alcaldes de municipios como el de Almería, Roquetas de Mar y Adra hacen todo lo contrario, se los suben indiscriminadamente a sus vecinos y vecinas. Los almerienses somos también españoles, sean coherentes, y no empleen la demagogia aprobando una subida brutal de impuestos en tasas que han de pagar por todos los ciudadanos y ciudadanas de un municipio y luego bajando unas mínimas décimas impuestos que afectan a muy pocos vecinos y vecinas como maniobra de propaganda política.
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