Estudio informativo Almería-Granada
miércoles, 30 de diciembre de 2009
lunes, 28 de diciembre de 2009
HACIA EL AÑO DE LA RECUPERACIÓN
Sin duda alguna, el año que
acaba será recordado como el de la crisis. Muchos españoles, como muchos
ciudadanos de todo el mundo, han experimentado el desasosiego de estar
atravesando una difícil situación económica, pero también la cercanía del
Gobierno, que no ha cejado en su esfuerzo por atenuar sus efectos allí donde,
precisamente, podían haber sido mucho peores. Nadie, salvo quienes entendieron
desde un principio que una crisis económica podía incrementar sus expectativas
electorales, puede negar que tanto el Gobierno de la Nación como el de la Junta
de Andalucía han centrado toda su voluntad política en parar el golpe, preparar
el camino hacia la recuperación y proteger a los colectivos sociales más
vulnerables, evitando así que de la crisis saliéramos con una sociedad dividida
entre los que pudieron superar la situación y los que se quedaron en el
camino.
Los socialistas hemos estado
cerca de las preocupaciones de la gente. He dedicado más de la mitad de los
artículos con los que cada semana me dirijo a los lectores de Ideal a esta
cuestión, y en todos ellos quise subrayar una palabra: confianza. No una
confianza ciega y exclusiva en los Gobiernos central y autonómico, sino sobre
todo una confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad para superar las
situaciones difíciles, y sí, también una confianza en las administraciones en
cuyas manos está el adoptar las iniciativas y poner en marcha los recursos
necesarios. Una confianza crítica, si se quiere, condicionada a los resultados,
pero confianza, en fin, en que la política puede y debe ser útil y no tan sólo
una ocasión para la gresca partidista.
La derecha española ha
aportado tan sólo un NO constante y ha pretendido instalarnos a todos en un
estado de censura permanente. Esa negativa a arrimar el hombro se ha resuelto al
final en una imposibilidad manifiesta de conocer qué hubiera hecho el PP de
haber estado en el Gobierno, qué gastos públicos hubiera recortado, qué reformas
laborales hubiera impuesto y en beneficio de quiénes. El estado de censura a la
totalidad en el que sus dirigentes se han hecho fuertes ha alcanzado, más allá
de todo sentido de la responsabilidad, a delicados problemas internacionales
como el del secuestro del pesquero Alakrana o el de la activista saharaui
Aminetou Haidar, en los que parecía que para los “populares” lo de menos
era las vidas que estaban en juego y lo de más el desgastar al Gobierno. De ahí
que cuando ambos problemas se resolvieron finalmente, a la derecha se le
desencajó el gesto y el discurso.
Los problemas se van
resolviendo, los datos económicos y de empleo permiten albergar una sólida
esperanza en que 2010 será el año de la recuperación, el Gobierno de España
sigue sacando adelante importantes leyes, como la del nuevo modelo de
financiación autonómica, gracias a su capacidad para alcanzar acuerdos
parlamentarios que al PP le resultan siempre inalcanzables. En lo que respecta a
Almería, se suceden noticias más que positivas con respecto a uno de los mayores
obstáculos con los que nuestra provincia ha tenido que enfrentarse
históricamente: las comunicaciones.
El anhelado vuelo con Sevilla será una
realidad en pocos días, las obras de la Autovía del Mediterráneo han seguido a
buen ritmo y al proyecto de Alta Velocidad por el Levante peninsular se suma
otra línea a través de Granada. El Ministerio de Fomento prevé que hasta treinta
convoyes diarios enlacen Granada y Almería, quince por cada sentido, y que su
trayecto, naturalmente, se prolongue más allá, con lo cual Almería pasaría de
ser el punto y final de las líneas ferroviarias a ser lugar de
paso.
Se puede optar por ver el lado
negativo de todas las cosas, pero lo cierto es que no se conoce de nadie,
individuo o país, que haya podido remontar el vuelo con el lastre de la
desconfianza perpetua. Vayan, pues, mis mejores deseos para todos los
almerienses en este año que está a punto de comenzar.
Un año con proyección de futuro
En los últimos días de 2009 se hace
obligado echar la vista atrás y reflexionar sobre lo que ha supuesto este año
para la provincia de Almería. La crisis económica que atravesamos ha mostrado su
peor cara en este año, cebándose en el empleo en nuestra provincia, aunque los
datos de paro de los dos últimos meses nos hacen esperar con optimismo que 2010
sea un año en que quede atrás definitivamente esta situación tan poco habitual
en Almería.
Las dificultades económicas que hemos
padecido en 2009 tanto los ciudadanos, como las instituciones públicas, no ha
impedido que estos doce meses hayan traído a nuestra provincia importantes
avances en proyectos públicos que marcarán nuestro futuro.
Con rapidez y eficacia en 2009 desde
los Gobiernos Socialistas se han implantado medidas y programas para incentivar
el empleo, la formación, el consumo, y la actividad económica. En esta línea se
han puesto en marcha programas como el Fondo Estatal de Inversión Local, el plan
Proteja, el Memta, el Plan Renove de vehículos y líneas de crédito ICO para
empresas y autónomos.
Además se han incrementado las
pensiones y se ha creado una ayuda de 420 euros para ampliar la cobertura de los
desempleados que han agotado su prestación social.
En 2009 también se ha trabajo con
intensidad para modernizarnos y adaptarnos a los nuevos tiempos, por ejemplo con
iniciativas legislativas como la Ley de Igualdad, la Ley de Financiación de la
Comunidades Autónomas, la Ley de Autonomía Local en Andalucía, la Ley de
Participación de las Entidades Locales en los tributos de la Comunidad, la Ley
de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la conocida como Ley de Muerte Digna,
el inicio de la tramitación de la Ley de la Lengua de Signos, de la Ley de
Economía sostenible, la Ley de Aguas en Andalucía, entre otras.
Además de todas estas iniciativas, en
nuestra provincia en 2009 hemos visto evolucionar de forma considerable
proyectos de mejora de nuestras comunicaciones con el AVE Almería-Murcia, que se
ha puesto este; el AVE Almería-Granada, del que se ha publicado el estudio
informativo; la Autovía del Almanzora, de la que se ha abierto al tráfico una
parte en este año; y se ha puesto en servicio un nuevo vuelo Almería-Madrid, y
otro Almería-Barcelona, además de que se ha trabajado para lograr que el día 15
de enero de 2010 esté ya operando el vuelo Almería-Sevilla.
2009 ha sido año muy fructífero del que
podríamos seguir destacando numerosas actuaciones políticas de gran calado para
la proyección de futuro de nuestra provincia y para nuestro presente.
Deseamos que en 2010 nuestra provincia
continúe en esta línea de impulso de las infraestructuras de comunicación, que
el empleo se recupere definitivamente, que todos los ciudadanos y ciudadanas sin
empleo encuentren un puesto de trabajo, que nuestras empresas con dificultades
económicas recuperen su pujanza, que los agricultores de Almería perciban
precios justos por sus producciones y sigan siendo un motor de desarrollo
económico de Almería, que los servicios públicos sigan mejorando en calidad y en
cobertura de las necesidades de la ciudadanía, y que los almerienses disfruten
de un año pleno de buenos momentos, en el que vean hacerse realidad todos sus
proyectos.
viernes, 25 de diciembre de 2009
lunes, 21 de diciembre de 2009
Dando la nota
El pasado lunes 14 de diciembre se
celebró la IV Conferencia de Presidentes compuesta, en esta ocasión, por el
Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado de
algunos de sus Ministerios; las Presidencias de las Comunidades y Ciudades
autónomas, también acompañadas de alguna de sus consejerías; las Presidencias de
las patronales y las Secretarías Generales de los sindicatos junto con el
Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.
Esta conferencia evoca los Pactos de la
Moncloa del 25 de octubre de 1977 cuando comenzábamos la transición a la
Democracia y la crisis económica, que entonces también atenazaba a España, podía
dar al traste con el impulso vital político que en España estábamos viviendo en
esos momentos. Los pactos de la Moncloa son recordados como un acontecimiento
político noble por la ética del desinterés, dado que lo prioritario era España y
los españoles. Más allá de intereses partidistas, sobresalió el consenso entre
las distintas concepciones económicas, en defensa de la democracia.
Ante la actual situación de crisis el
Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero convocó de nuevo esta
Conferencia de Presidentes, para aunar esfuerzos conjuntos que condujeran a la
recuperación de la economía y del empleo en España. Las Comunidades Autónomas
juegan un papel muy importante puesto que también son Estado, gestionan la mitad
del gasto público y tienen competencias en las políticas activas de empleo. Por
tanto, tienen una responsabilidad clara en el paro y una obligación de poner los
medios a su alcance para combatirlo.
Esta Conferencia no era para que ganara
o perdiera el Gobierno o las Comunidades Autónomas, sino para que ganaran todos
nuestros ciudadanos. Ganando los españoles, podremos salir de la crisis
económica, nos recuperaremos y volveremos a crear empleo.
Pero las Comunidades Autónomas
gobernadas por el Partido Popular, ante la propuesta de acuerdo sobre materias
muy concretas para conseguir objetivos que son comunes al interés de todos los
ciudadanos y de nuestro país, volvieron a dar la nota y se abstuvieron de votar,
a pesar de que el documento que votaban incorporaba más del 80% de sus
propuestas.
Tanto el Gobierno como el resto de la
Comunidades Autónomas aceptaron incorporar al documento de acuerdo 9 de las 10
propuestas de los Presidentes del PP, en materia de empleo y 7 de las 10, en
materia de política agraria.
Lamentablemente el significado de esa
abstención, no es otro que el de manifestar que no se responsabilizan con el
Gobierno de España en la lucha contra el paro y a favor de la recuperación
económica.
Llega a ser triste y mezquino que no
salgan adelante las propuestas porque el Presidente del Gobierno es Rodríguez
Zapatero. Esto lo único que denota es una falta de madurez y de lealtad con
España y con los ciudadanos que han depositado el voto sobre ellos.
Con más o menos ayuda de los
Presidentes Autonómicos del Partido Popular estamos convencidos de que vamos a
ganar la recuperación económica, volveremos a crear empleo y convertiremos
España de nuevo en un país fuerte y sólido donde imperara el bienestar de todos
nuestros ciudadanos.
UN HOMBRE DE LUZ
El 5 de julio del próximo año
se conmemorará el 125 aniversario del nacimiento de Blas Infante, Padre de la
Patria Andaluza. Con tal motivo, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía
ha acordado declarar el 2010 como “Año de Blas Infante”, ocasión propicia para
resaltar aquellos rasgos de nuestra identidad como pueblo que tradicionalmente
han estado definidos por un claro anhelo de libertad, justicia social y
autogobierno dentro de una irrenunciable unidad con el resto de los pueblos de
España.
A tan significado andaluz le
debemos los máximos símbolos de nuestra Comunidad Autónoma: la bandera, aquella
a la cual cantara de forma extraordinariamente emotiva Carlos Cano (Amo mi
tierra/ lucho por ella/ mi esperanza/ es su bandera / verde, blanca y verde) y
en la que flamea una inspiración de colores andalusíes; el escudo, cuya leyenda,
Andalucía por sí, para España y la Humanidad, no es, según escribió su propio
creador, “una fórmula arbitraria, sino una expresión síntesis de la historia de
Andalucía”; y el himno, una vieja melodía de jornaleros andaluces a la que Blas
Infante le añadió la letra que hoy nos estremece si la escuchamos
lejos.
Pero Infante es referente de
andalucismo no sólo por el poder innegable de los símbolos, sino sobre todo por
la trascendencia de su compromiso ético, de su firmeza en la lucha por la
modernización de nuestra tierra y la consecución de una sociedad pacífica y
solidaria que, con las raíces bien hundidas en la tradición, fuera a la vez
dueña de su futuro, siempre esquivo con Andalucía, siempre en manos de
otros.
“Andaluces: Andalucía es una
nacionalidad, una realidad nacional”. Por afirmaciones como está, tan rotunda, a
Blas Infante lo sacaron de su casa el 2 de agosto de 1936 para fusilarle sin
juicio ni sentencia en la madrugada del día 11, en la carretera de Sevilla a
Carmona, apenas una semana antes de que a Federico García Lorca le fusilaran en
Víznar y un mes antes de que pudiera ser sometido a referéndum, como estaba
previsto, el proyecto de Junta Regional de Andalucía para cuya Presidencia de
Honor había sido ya designado Blas Infante. Todo fue barrido por la pólvora y la
sangre, anulado por el crueldad de quienes, tras haberse sublevado contra el
legítimo Gobierno de la República, tras haber arrastrado al país a la guerra y
haber impuesto a su término la dictadura de la revancha y el terror, fueron aun
capaces no sólo de condenar a muerte a Blas Infante cuatro años después de
haberlo matado, sino de cebarse con los familiares que le habían
sobrevivido.
Infante aspiraba, según
escribió en uno de sus libros, a dar confianza al pueblo en sus posibilidades de
progreso, a despertar su patriotismo frente a las injusticias y alcanzar una
educación libre, universal y gratuita. Hoy, cuando Andalucía se parece ya a la
Andalucía soñada por Blas Infante, los socialistas andaluces le hemos tomado
como principal referente, y así lo determinamos el año pasado en nuestro
undécimo Congreso Regional.
Dice el himno de Andalucía que
“Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos: hombres de luz que a los
hombres, alma de hombres les dimos”. Sé que también los almerienses, como no
puede ser de otro modo, sabremos reconocernos en las nobles aspiraciones de Blas
Infante a través de los actos que se le dediquen durante el 2010.
lunes, 14 de diciembre de 2009
LA LECTURA ALCANZA EL FUTURO
El libro sigue siendo un
objeto extraordinario, de una peculiar y sencilla sofisticación, y su invento,
sin duda, uno de los sucesos culturales más importantes en toda la historia de
la Humanidad. Muchos lectores nos sentimos, sino plenamente identificados, al
menos sí familiarizados con la sensación, cuando hace casi tres décadas Umberto
Eco incluyó en la introducción a “El nombre de la rosa” una cita en latín que
venía a decir: He buscado paz por todas partes, pero no la he encontrado en
ningún lado, salvo en un rincón con un libro (In omnibus requiem quaesivi, et
nusquam inveni nisi in angulo cum libro). Esto sigue siendo así, aun cuando ya
ha empezado a hacerse oportuno especificar si nos referimos a un libro
tradicional o a su soporte electrónico.
Ha ocurrido, bien puede
decirse, casi sin que nos diéramos cuenta, pero la revolución de los libros
digitales, o de los llamados lectores electrónicos inalámbricos, como por
ejemplo el Kindle, está aquí, no perfilándose en el horizonte, sino
entremezclándose con nuestras vidas de un modo irreversible. El ocho por ciento
de la producción editorial española es ya en digital y hay best sellers
internacionales que están vendiendo hoy más copias en su formato electrónico que
en papel. No hay marcha atrás, ni motivos para la alarma o el escándalo. Los
profesionales del libro confiesan no saber la forma en que pueda evolucionar
esta realidad, aunque hay quien dice que el mercado va más rápido que el sector.
Tenemos otros ejemplos de cómo
una novedad ligada a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
se convirtió en rabioso presente cuando todavía se especulaba con su
implantación en el futuro. El futuro es hoy, y el mañana es una pura incógnita.
La música dejará de ser adquirida y escuchada como hasta ahora, la comunicación
entre personas ha entrado en un nuevo nivel mediante las redes sociales por
Internet, el acceso a cualquier información es ya un proceso inmediato gracias a
la red de redes, las aulas escolares han iniciado una reconversión digital que
cambiará los hábitos de aprendizaje y suprimirá de la noche a la mañana las
pesadas mochilas que nuestros hijos cargan a sus espaldas, los periódicos
dejarán de estar ligados al papel, dicen, en menos de diez años y ciertos modos
de entretenimiento doméstico parece como si acabaran de dejar de ser ciencia
ficción.
Lo que algunos han denominado
big bang de la edición digital se impondrá en los ámbitos académico y científico
por razones evidentes de eficacia: es más rápido buscar y encontrar una
información concreta. Todo el mundo parece seguro, no obstante, de que en otros
ámbitos el papel y el soporte electrónico convivirán durante muchos años. El
e-book, por tanto, no sustituirá al libro impreso, ni la pantalla a ese
maravilloso gesto de pasar una página de papel, pero nadie, ni aun los lectores
más románticos, podrán sustraerse total e indefinidamente a un objeto que, con
las dimensiones de un libro, un grosor de un centímetro, un peso inferior a
trescientos gramos y plena autonomía inalámbrica es, más que un libro, una
biblioteca.
En un reciente artículo de
prensa, quien fuera presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez
Ibarra, planteaba una acertada interpretación ideológica en torno al libro
digital, en particular, y a las nuevas tecnologías en general. “Ser
progresista”, decía, “es intentar progresar al ritmo que marca la sociedad,
entendiendo, comprendiendo y, a poder ser, liderando ese ritmo con el objetivo
de generar igualdad y más libertad”. Bastaría con estos dos principios netamente
socialistas, el de igualdad de oportunidades y el de libertad, para asumir que
todo aquello que ayude a la divulgación masiva y equitativa de la cultura ha de
ser, forzosamente, positivo.
Vivienda más accesible
La Junta, en un nuevo impulso a la
política de vivienda, va a facilitar el acceso a viviendas que no se han vendido
y están en stock y que un total de 70.000 en Andalucía, de las 11.400 se ubican
en Almería.
Nuestra provincia es la tercera de
Andalucía con mayor número de viviendas en esta situación. Acumula el 18% del
stock de vivienda de toda Andalucía y de las 11.400 viviendas nuevas o
construcción que hay en Almería sin vender el 62% están terminadas ya. El 74% de
estas viviendas en stock en nuestra provincia se ubican en la zona
costera.
Por municipios destaca en acumulación
de viviendas susceptibles de venta Roquetas de Mar, donde se han contabilizado
por parte de la Junta un total de 2.875 viviendas sin vender. Le sigue de cerca
Almería, con un total de 2.232 viviendas, y luego El Ejido con 1.366 viviendas.
Asimismo los demandantes de vivienda se concentran en mayor número en el área
metropolitana de la capital.
Las dificultades de los últimos tiempos
para conseguir un crédito bancario, la resistencia de los promotores a bajar los
precios en torno al 20-30%, tal como recomiendan todos los analistas, y la
expectativa de los compradores de una mayor bajada de precios, nos han hecho
llegar a la situación actual en el sector de la vivienda, pese a que la demanda
de vivienda sigue siendo muy importante.
La Junta ha puesto en marcha una medida
que permitirá cambiar esta situación, permite rebajar el precio de venta de la
vivienda y ofrecer condiciones de pago más flexibles, dando así respuesta a una
necesidad social.
Con una inversión de 1.000 millones
para estas 70.000 viviendas la Junta va a facilitar a la ciudadanía acceder a
las mismas y para recuperar la normalidad en el funcionamiento del sector
inmobiliario una vez se haya acabado con este stock, que según los cálculos de
la administración autonómica tardaría en venderse en condiciones normales en
torno a 6 años.
Los ciudadanos que se quieran adherir a
esta oferta podrán adquirir una vivienda a precio de hipoteca del promotor, esto
es, en torno a un 20% menos que su precio de mercado. Y además de la rebaja del
precio, no habrá que dar entrada y el comprador podrá obtener una hipoteca de
euribor más un punto.
Con esta medida se pretende ayudar a
conseguir lo que pronto va a ser un derecho en Andalucía gracias a la Ley de
Derecho a la Vivienda; es decir, el acceso a una vivienda digna por parte de los
ciudadanos.
Los socialistas vamos a seguir luchando
y poniendo todos los medios que estén en nuestra mano para conseguir el
bienestar de nuestros ciudadanos y ciudadanas, para alcanzar la cobertura de sus
necesidades básicas, invirtiendo en mejorar su calidad de vida.
lunes, 7 de diciembre de 2009
BUENOS SÍNTOMAS
Cada vez son más inequívocos
en Almería los indicios de una mejoría económica, una mejoría que no será ni
repentina ni brusca, como tampoco será espontánea, pues se debe
fundamentalmente a las medidas puestas en marcha por los Gobiernos de España y
de Andalucía. Así por ejemplo, la semana pasada conocimos que en noviembre
volvió a descender el paro en nuestra provincia, como ya ocurriera en el mes
anterior, afianzando la tendencia a la recuperación iniciada en septiembre. Pero
no sólo bajó el paro, sino que se creó empleo: en los últimos tres meses se han
creado cerca de quince mil nuevos empleos, de los cuales casi la mitad son
nuevos afiliados a la Seguridad Social en noviembre.
Otro dato importante que
conocíamos también la pasada semana: las ayudas a la compra de vehículos,
impulsadas para evitar el hundimiento de la industria, ha hecho posible que las
ventas de coches nuevos aumentaran en Almería un 30%. Desde que en mayo el
Gobierno central pusiera en marcha el Plan E 2000, en nuestra provincia no se
ha vuelto a bajar de los 700 coches vendidos al mes.
En su conjunto, no son aún
cifras con las que podemos darnos por satisfechos. Son sólo eso, indicios,
síntomas, motivos para la esperanza. En el gráfico de la economía almeriense,
hemos abandonado ya la línea de descenso y remontamos la que conduce nuevamente
a la senda del crecimiento.
Y si las medidas de estímulo
impulsadas por las administraciones central y autonómica han sido y están siendo
determinantes para mantenernos a flote durante la tempestad financiera, el plan
de reformas contenidas en la Estrategia de la Economía Sostenible presentada por
el presidente Zapatero supondrá el mejor apoyo posible a esa recuperación
esbozada ya en los datos, gracias a la profunda renovación del patrón productivo
y a la mejora de la competitividad que propone.
La especial vulnerabilidad de
España ante la gran crisis internacional venía anunciada por los desequilibrios
que a lo largo de quince años de crecimiento interrumpido habían ido
acumulándose: crecíamos, sí, pero con una baja productividad, invirtiendo poco
en investigación y desarrollo, con un gasto público en educación por debajo de
la media europea y un desmesurado peso del sector inmobiliario en el conjunto de
la economía. Entre 2004 y 2008, el Gobierno del PSOE comenzó a corregir estas
deficiencias, y de pronto se desplomó el mercado financiero
mundial.
Han sido meses muy duros, en
los que todo el esfuerzo ha estado dirigido a mantener la actividad y a evitar
una fractura social. Es tiempo ahora de abordar un conjunto de reformas en todos
aquellos ámbitos que puedan ser implicados en la renovación del modelo
productivo. Ése es el sentido último de la Estrategia presentada por el
presidente Zapatero, y más concretamente de la Ley de Economía Sostenible, eje
de un ambicioso proyecto de Estado en el que difícilmente va a encontrar acomodo
el mero cálculo electoral de la oposición: esta no es ocasión propicia para
desgastar al adversario, sino para construir entre todos un futuro más sólido.
domingo, 6 de diciembre de 2009
NUEVO FUTURO PARA ESPAÑA
La semana pasada el Gobierno Socialista
de José Luis Rodríguez Zapatero asumió la responsabilidad de impulsar, además de
aprobar la Ley de la Economía Sostenible, un conjunto global de reformas, en los
próximos 18 meses para que entren en vigor en esta legislatura, con el fin de
crear empleo y conseguir un nuevo plan económico.
No vamos a salir de la crisis sin
cambios, sin hacer determinadas acciones y sin ser consecuentes con ellas,
tenemos que corregir nuestros desequilibrios y poner en macha reformas para
aprovechar nuestras condiciones con el fin de ser más productivos. El objetivo
prioritario es lograr un crecimiento equilibrado de la economía
española.
La Ley de Economía Sostenible aborda cinco elementos clave para acelerar la modernización de nuestra economía:
competitividad, sostenibilidad medioambiental, normalización de la
construcción, innovación y formación profesional, e impulso de los sectores
emergentes.
Con respecto a la competitividad, la
Ley va a reforzar la transparencia y el buen gobierno en el entorno privado al
imponer un mayor control de las remuneraciones de los ejecutivos de las
sociedades cotizadas por parte de sus accionistas y endurecer el régimen fiscal
para las retribuciones plurianuales superiores a los 600.000 euros.
En lo referente a la dimensión
medioambiental, se incorporan los compromisos asumidos en la Unión Europea para
el año 2020 en materia de emisiones, ahorro y eficiencia energética de
renovables. Además, se realiza una apuesta decidida por la eficiencia
energética, con un impulso a las empresas de servicios energéticos y objetivos y
obligaciones para la administración en materia de ahorro energético.
La tercera cuestión de la que se ocupa
la Ley es la normalización del sector de la vivienda. Se le va a dar un fuerte
impulso a las actividades de rehabilitación y renovación urbanas estableciendo
instrumentos más eficaces y ágiles de planificación, con mayor participación de
los ciudadanos, con más capacidad de los poderes públicos para su desarrollo y
ejecución y con más protección para los vecinos afectados más vulnerables.
La Innovación y la Formación
Profesional serán también unos pilares fundamentales a desarrollar. Se busca
impulsar la trasformación del conocimiento generado por la investigación en
nuevos productos y servicios que reviertan en mayor riqueza y empleo de calidad
y se va a establecer el derecho de acceso a la banda ancha a un precio
razonable, independientemente de la localización geográfica.
El apoyo a los nuevos sectores será el
último propósito relevante de la Ley de la Sostenibilidad. La mejora de la
sostenibilidad medioambiental requiere del desarrollo de los sectores que
integran la denominada economía verde, las energías renovables, las empresas de
servicios energéticos, los servicios de gestión y la reutilización del agua o el
trasporte público.
El decidido propósito político del
Gobierno es que en los próximos meses nuestro modelo económico-social reciba un
fuerte impulso modernizador. Para crear empleo, tenemos primero que impulsar y
afianzar la recuperación. El Gobierno de España y todos los socialistas estamos
convencidos de que la aplicación de este ambicioso conjunto de reformas va a
contribuir en ello.
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