lunes, 28 de diciembre de 2009

HACIA EL AÑO DE LA RECUPERACIÓN

Sin duda alguna, el año que acaba será recordado como el de la crisis. Muchos españoles, como muchos ciudadanos de todo el mundo, han experimentado el desasosiego de estar atravesando una difícil situación económica, pero también la cercanía del Gobierno, que no ha cejado en su esfuerzo por atenuar sus efectos allí donde, precisamente, podían haber sido mucho peores. Nadie, salvo quienes entendieron desde un principio que una crisis económica podía incrementar sus expectativas electorales, puede negar que tanto el Gobierno de la Nación como el de la Junta de Andalucía han centrado toda su voluntad política en parar el golpe, preparar el camino hacia la recuperación y proteger a los colectivos sociales más vulnerables, evitando así que de la crisis saliéramos con una sociedad dividida entre los que pudieron superar la situación y los que se quedaron en el camino. 


Los socialistas hemos estado cerca de las preocupaciones de la gente. He dedicado más de la mitad de los artículos con los que cada semana me dirijo a los lectores de Ideal a esta cuestión, y en todos ellos quise subrayar una palabra: confianza. No una confianza ciega y exclusiva en los Gobiernos central y autonómico, sino sobre todo una confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad para superar las situaciones difíciles, y sí, también una confianza en las administraciones en cuyas manos está el adoptar las iniciativas y poner en marcha los recursos necesarios. Una confianza crítica, si se quiere, condicionada a los resultados, pero confianza, en fin, en que la política puede y debe ser útil y no tan sólo una ocasión para la gresca partidista.

La derecha española ha aportado tan sólo un NO constante y ha pretendido instalarnos a todos en un estado de censura permanente. Esa negativa a arrimar el hombro se ha resuelto al final en una imposibilidad manifiesta de conocer qué hubiera hecho el PP de haber estado en el Gobierno, qué gastos públicos hubiera recortado, qué reformas laborales hubiera impuesto y en beneficio de quiénes. El estado de censura a la totalidad en el que sus dirigentes se han hecho fuertes ha alcanzado, más allá de todo sentido de la responsabilidad, a delicados problemas internacionales como el del secuestro del pesquero Alakrana o el de la activista saharaui Aminetou Haidar, en  los que parecía que para los “populares” lo de menos era las vidas que estaban en juego y lo de más el desgastar al Gobierno. De ahí que cuando ambos problemas se resolvieron finalmente, a la derecha se le desencajó el gesto y el discurso.  


Los problemas se van resolviendo, los datos económicos y de empleo permiten albergar una sólida esperanza en que 2010 será el año de la recuperación, el Gobierno de España sigue sacando adelante importantes leyes, como la del nuevo modelo de financiación autonómica, gracias a su capacidad para alcanzar acuerdos parlamentarios que al PP le resultan siempre inalcanzables. En lo que respecta a Almería, se suceden noticias más que positivas con respecto a uno de los mayores obstáculos con los que nuestra provincia ha tenido que enfrentarse históricamente: las comunicaciones. 

El anhelado vuelo con Sevilla será una realidad en pocos días, las obras de la Autovía del Mediterráneo han seguido a buen ritmo y al proyecto de Alta Velocidad por el Levante peninsular se suma otra línea a través de Granada. El Ministerio de Fomento prevé que hasta treinta convoyes diarios enlacen Granada y Almería, quince por cada sentido, y que su trayecto, naturalmente, se prolongue más allá, con lo cual Almería pasaría de ser el punto y final de las líneas ferroviarias a ser lugar de paso. 


Se puede optar por ver el lado negativo de todas las cosas, pero lo cierto es que no se conoce de nadie, individuo o país, que haya podido remontar el vuelo con el lastre de la desconfianza perpetua. Vayan, pues, mis mejores deseos para todos los almerienses en este año que está a punto de comenzar.

Un año con proyección de futuro

En los últimos días de 2009 se hace obligado echar la vista atrás y reflexionar sobre lo que ha supuesto este año para la provincia de Almería. La crisis económica que atravesamos ha mostrado su peor cara en este año, cebándose en el empleo en nuestra provincia, aunque los datos de paro de los dos últimos meses nos hacen esperar con optimismo que 2010 sea un año en que quede atrás definitivamente esta situación tan poco habitual en Almería. 


Las dificultades económicas que hemos padecido en 2009 tanto los ciudadanos, como las instituciones públicas, no ha impedido que estos doce meses hayan traído a nuestra provincia importantes avances en proyectos públicos que marcarán nuestro futuro. 


Con rapidez y eficacia en 2009 desde los Gobiernos Socialistas se han implantado medidas y programas para incentivar el empleo, la formación, el consumo, y la actividad económica. En esta línea se han puesto en marcha programas como el Fondo Estatal de Inversión Local, el plan Proteja, el Memta, el Plan Renove de vehículos y líneas de crédito ICO para empresas y autónomos.

Además se han incrementado las pensiones y se ha creado una ayuda de 420 euros para ampliar la cobertura de los desempleados que han agotado su prestación social.  


En 2009 también se ha trabajo con intensidad para modernizarnos y adaptarnos a los nuevos tiempos, por ejemplo con iniciativas legislativas como la Ley de Igualdad, la Ley de Financiación de la Comunidades Autónomas, la Ley de Autonomía Local en Andalucía, la Ley de Participación de las Entidades Locales en los tributos de la Comunidad, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la conocida como Ley de Muerte Digna,  el inicio de la tramitación de la Ley de la Lengua de Signos, de la Ley de Economía sostenible, la Ley de Aguas en Andalucía, entre otras. 


Además de todas estas iniciativas, en nuestra provincia en 2009 hemos visto evolucionar de forma considerable proyectos de mejora de nuestras comunicaciones con el AVE Almería-Murcia, que se ha puesto este; el AVE Almería-Granada, del que se ha publicado el estudio informativo; la Autovía del Almanzora, de la que se ha abierto al tráfico una parte en este año; y se ha puesto en servicio un nuevo vuelo Almería-Madrid, y otro Almería-Barcelona, además de que se ha trabajado para lograr que el día 15 de enero de 2010 esté ya operando el vuelo Almería-Sevilla.

2009 ha sido año muy fructífero del que podríamos seguir destacando numerosas actuaciones políticas de gran calado para la proyección de futuro de nuestra provincia y para nuestro presente.  


Deseamos que en 2010 nuestra provincia continúe en esta línea de impulso de las infraestructuras de comunicación, que el empleo se recupere definitivamente, que todos los ciudadanos y ciudadanas sin empleo encuentren un puesto de trabajo, que nuestras empresas con dificultades económicas recuperen su pujanza, que los agricultores de Almería perciban precios justos por sus producciones y sigan siendo un motor de desarrollo económico de Almería, que los servicios públicos sigan mejorando en calidad y en cobertura de las necesidades de la ciudadanía, y que los almerienses disfruten de un año pleno de buenos momentos, en el que vean hacerse realidad todos sus proyectos.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Dando la nota

El pasado lunes 14 de diciembre se celebró la IV Conferencia de Presidentes compuesta, en esta ocasión, por el Presidente del  Gobierno de España, José Luis Rodríguez  Zapatero, acompañado de algunos de sus Ministerios; las Presidencias de las Comunidades y Ciudades autónomas, también acompañadas de alguna de sus consejerías; las Presidencias de las patronales y las Secretarías Generales de los sindicatos junto con el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.

Esta conferencia evoca los Pactos de la Moncloa del 25 de octubre de 1977 cuando comenzábamos la transición a la Democracia y la crisis económica, que entonces también atenazaba a España, podía dar al traste con el impulso vital político que en España estábamos viviendo en esos momentos. Los pactos de la Moncloa son recordados como un acontecimiento político noble por la ética del desinterés, dado que lo prioritario era España y los españoles. Más allá de intereses partidistas, sobresalió el consenso entre las distintas concepciones económicas, en defensa de la democracia.

Ante la actual situación de crisis el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero convocó de nuevo esta Conferencia de Presidentes, para aunar esfuerzos conjuntos que condujeran a la recuperación de la economía y del empleo en España. Las Comunidades Autónomas juegan un papel muy importante puesto que también son Estado, gestionan la mitad del gasto público y tienen competencias en las políticas activas de empleo. Por tanto, tienen una responsabilidad clara en el paro y una obligación de poner los medios a su alcance para combatirlo.

Esta Conferencia no era para que ganara o perdiera el Gobierno o las Comunidades Autónomas, sino para que ganaran todos nuestros ciudadanos. Ganando los españoles, podremos salir de la crisis económica, nos recuperaremos y volveremos a crear empleo.
Pero las Comunidades Autónomas gobernadas por el Partido Popular, ante la propuesta de acuerdo sobre materias muy concretas para conseguir objetivos que son comunes al interés de todos los ciudadanos y de nuestro país, volvieron a dar la nota y se abstuvieron de votar, a pesar de que el documento que votaban incorporaba más del 80% de sus propuestas. 

Tanto el Gobierno como el resto de la Comunidades Autónomas aceptaron incorporar al documento de acuerdo 9 de las 10 propuestas de los Presidentes del PP, en materia de empleo y 7 de las 10, en materia de política agraria.
Lamentablemente el significado de esa abstención, no es otro que el de manifestar que no se responsabilizan  con el Gobierno de España en la lucha contra el paro y a favor de la recuperación económica. 

Llega a ser triste y mezquino que no salgan adelante las propuestas porque el Presidente del Gobierno es Rodríguez Zapatero. Esto lo único que denota es una falta de madurez y de lealtad con España y con los ciudadanos que han depositado el voto sobre ellos.
Con más o menos ayuda de los Presidentes Autonómicos del Partido Popular estamos convencidos de que vamos a ganar la recuperación económica, volveremos a crear empleo y convertiremos España de nuevo en un país fuerte y sólido donde imperara el bienestar de todos nuestros ciudadanos.

UN HOMBRE DE LUZ

El 5 de julio del próximo año se conmemorará el 125 aniversario del nacimiento de Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza. Con tal motivo, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado declarar el 2010 como “Año de Blas Infante”, ocasión propicia para resaltar aquellos rasgos de nuestra identidad como pueblo que tradicionalmente han estado definidos por un claro anhelo de libertad, justicia social y autogobierno dentro de una irrenunciable unidad con el resto de los pueblos de España.
 
A tan significado andaluz le debemos los máximos símbolos de nuestra Comunidad Autónoma: la bandera, aquella a la cual cantara de forma extraordinariamente emotiva Carlos Cano (Amo mi tierra/ lucho por ella/ mi esperanza/ es su bandera / verde, blanca y verde) y en la que flamea una inspiración de colores andalusíes; el escudo, cuya leyenda, Andalucía por sí, para España y  la Humanidad, no es, según escribió su propio creador, “una fórmula arbitraria, sino una expresión síntesis de la historia de Andalucía”; y el himno, una vieja melodía de jornaleros andaluces a la que Blas Infante le añadió la letra que hoy nos estremece si la escuchamos lejos.

Pero Infante es referente de andalucismo no sólo por el poder innegable de los símbolos, sino sobre todo por la trascendencia de su compromiso ético, de su firmeza en la lucha por la modernización de nuestra tierra y la consecución de una sociedad pacífica y solidaria que, con las raíces bien hundidas en la tradición, fuera a la vez dueña de su futuro, siempre esquivo con Andalucía, siempre en manos de otros.

“Andaluces: Andalucía es una nacionalidad, una realidad nacional”. Por afirmaciones como está, tan rotunda, a Blas Infante lo sacaron de su casa el 2 de agosto de 1936 para fusilarle sin juicio ni sentencia en la madrugada del día 11, en la carretera de Sevilla a Carmona, apenas una semana antes de que a Federico García Lorca le fusilaran en Víznar y un mes antes de que pudiera ser sometido a referéndum, como estaba previsto, el proyecto de Junta Regional de Andalucía para cuya Presidencia de Honor había sido ya designado Blas Infante. Todo fue barrido por la pólvora y la sangre, anulado por el crueldad de quienes, tras haberse sublevado contra el legítimo Gobierno de la República, tras haber arrastrado al país a la guerra y haber impuesto a su término la dictadura de la revancha y el terror, fueron aun capaces no sólo de condenar a muerte a Blas Infante cuatro años después de haberlo matado, sino de cebarse con los familiares que le habían sobrevivido.

Infante aspiraba, según escribió en uno de sus libros, a dar confianza al pueblo en sus posibilidades de progreso, a despertar su patriotismo frente a las injusticias y alcanzar una educación libre, universal y gratuita. Hoy, cuando Andalucía se parece ya a la Andalucía soñada por Blas Infante, los socialistas andaluces le hemos tomado como principal referente, y así lo determinamos el año pasado en nuestro undécimo Congreso Regional.

Dice el himno de Andalucía que “Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos: hombres de luz que a los hombres, alma de hombres les dimos”. Sé que también los almerienses, como no puede ser de otro modo, sabremos reconocernos en las nobles aspiraciones de Blas Infante a través de los actos que se le dediquen durante el 2010.

lunes, 14 de diciembre de 2009

LA LECTURA ALCANZA EL FUTURO

El libro sigue siendo un objeto extraordinario, de una peculiar y sencilla sofisticación, y su invento, sin duda, uno de los sucesos culturales más importantes en toda la historia de la Humanidad. Muchos lectores nos sentimos, sino plenamente identificados, al menos sí familiarizados con la sensación, cuando hace casi tres décadas Umberto Eco incluyó en la introducción a “El nombre de la rosa” una cita en latín que venía a decir:  He buscado paz por todas partes, pero no la he encontrado en ningún lado, salvo en un rincón con un libro (In omnibus requiem quaesivi, et nusquam inveni nisi in angulo cum libro). Esto sigue siendo así, aun cuando ya ha empezado a hacerse oportuno especificar si nos referimos a un libro tradicional o a su soporte electrónico.

Ha ocurrido, bien puede decirse, casi sin que nos diéramos cuenta, pero la revolución de los libros digitales, o de los llamados lectores electrónicos inalámbricos, como por ejemplo el Kindle, está aquí, no perfilándose en el horizonte, sino entremezclándose con nuestras vidas de un modo irreversible. El ocho por ciento de la producción editorial española es ya en digital y hay best sellers internacionales que están vendiendo hoy más copias en su formato electrónico que en papel. No hay marcha atrás, ni motivos para la alarma o el escándalo. Los profesionales del libro confiesan no saber la forma en que pueda evolucionar esta realidad, aunque hay quien dice que el mercado va más rápido que el sector.

Tenemos otros ejemplos de cómo una novedad ligada a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se convirtió en rabioso presente cuando todavía se especulaba con su implantación en el futuro. El futuro es hoy, y el mañana es una pura incógnita. 

La música dejará de ser adquirida y escuchada como hasta ahora, la comunicación entre personas ha entrado en un nuevo nivel mediante las redes sociales por Internet, el acceso a cualquier información es ya un proceso inmediato gracias a la red de redes, las aulas escolares han iniciado una reconversión digital que cambiará los hábitos de aprendizaje y suprimirá de la noche a la mañana las pesadas mochilas que nuestros hijos cargan a sus espaldas, los periódicos dejarán de estar ligados al papel, dicen, en menos de diez años y ciertos modos de entretenimiento doméstico parece como si acabaran de dejar de ser ciencia ficción.

Lo que algunos han denominado big bang de la edición digital se impondrá en los ámbitos académico y científico por razones evidentes de eficacia: es más rápido buscar y encontrar una información concreta. Todo el mundo parece seguro, no obstante, de que en otros ámbitos el papel y el soporte electrónico convivirán durante muchos años. El e-book, por tanto, no sustituirá al libro impreso, ni la pantalla a ese maravilloso gesto de pasar una página de papel, pero nadie, ni aun los lectores más románticos, podrán sustraerse total e indefinidamente a un objeto que, con las dimensiones de un libro, un grosor de un centímetro, un peso inferior a trescientos gramos y plena autonomía inalámbrica es, más que un libro, una biblioteca.

En un reciente artículo de prensa, quien fuera presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, planteaba una acertada interpretación ideológica en torno al libro digital, en particular, y a las nuevas tecnologías en general. “Ser progresista”, decía, “es intentar progresar al ritmo que marca la sociedad, entendiendo, comprendiendo y, a poder ser, liderando ese ritmo con el objetivo de generar igualdad y más libertad”. Bastaría con estos dos principios netamente socialistas, el de igualdad de oportunidades y el de libertad, para asumir que todo aquello que ayude a la divulgación masiva y equitativa de la cultura ha de ser, forzosamente, positivo.

Vivienda más accesible

La Junta, en un nuevo impulso a la política de vivienda, va a facilitar el acceso a viviendas que no se han vendido y están en stock y que un total de 70.000 en Andalucía, de las 11.400 se ubican en Almería. 

Nuestra provincia es la tercera de Andalucía con mayor número de viviendas en esta situación. Acumula el 18% del stock de vivienda de toda Andalucía y de las 11.400 viviendas nuevas o construcción que hay en Almería sin vender el 62% están terminadas ya. El 74% de estas viviendas en stock en nuestra provincia se ubican en la zona costera.

Por municipios destaca en acumulación de viviendas susceptibles de venta Roquetas de Mar, donde se han contabilizado por parte de la Junta un total de 2.875 viviendas sin vender. Le sigue de cerca Almería, con un total de 2.232 viviendas, y luego El Ejido con 1.366 viviendas. Asimismo los demandantes de vivienda se concentran en mayor número en el área metropolitana de la capital.

Las dificultades de los últimos tiempos para conseguir un crédito bancario, la resistencia de los promotores a bajar los precios en torno al 20-30%, tal como recomiendan todos los analistas, y la expectativa de los compradores de una mayor bajada de precios, nos han hecho llegar a la situación actual en el sector de la vivienda, pese a que la demanda de vivienda sigue siendo muy importante. 

La Junta ha puesto en marcha una medida que permitirá cambiar esta situación, permite rebajar el precio de venta de la vivienda y ofrecer condiciones de pago más flexibles, dando así respuesta a una necesidad social.

Con una inversión de 1.000 millones para estas 70.000 viviendas la Junta va a facilitar a la ciudadanía acceder a las mismas y para recuperar la normalidad en el funcionamiento del sector inmobiliario una vez se haya acabado con este stock, que según los cálculos de la administración autonómica tardaría en venderse en condiciones normales en torno a 6 años.
Los ciudadanos que se quieran adherir a esta oferta podrán adquirir una vivienda a precio de hipoteca del promotor, esto es, en torno a un 20% menos que su precio de mercado. Y además de la rebaja del precio, no habrá que dar entrada y el comprador podrá obtener una hipoteca de euribor más un punto.

Con esta medida se pretende ayudar a conseguir lo que pronto va a ser un derecho en Andalucía gracias a la Ley de Derecho a la Vivienda; es decir, el acceso a una vivienda digna por parte de los ciudadanos.

Los socialistas vamos a seguir luchando y poniendo todos los medios que estén en nuestra mano para conseguir el bienestar de nuestros ciudadanos y ciudadanas, para alcanzar la cobertura de sus necesidades básicas, invirtiendo en mejorar su calidad de vida.



lunes, 7 de diciembre de 2009

BUENOS SÍNTOMAS

Cada vez son más inequívocos en Almería los indicios de una mejoría económica, una mejoría que no será ni repentina ni brusca, como tampoco será  espontánea, pues se debe fundamentalmente a las medidas puestas en marcha por los Gobiernos de España y de Andalucía. Así por ejemplo, la semana pasada conocimos que en noviembre volvió a descender el paro en nuestra provincia, como ya ocurriera en el mes anterior, afianzando la tendencia a la recuperación iniciada en septiembre. Pero no sólo bajó el paro, sino que se creó empleo: en los últimos tres meses se han creado cerca de quince mil nuevos empleos, de los cuales casi la mitad son nuevos afiliados a la Seguridad Social en noviembre.

Otro dato importante que conocíamos también la pasada semana: las ayudas a la compra de vehículos, impulsadas para evitar el hundimiento de la industria, ha hecho posible que las ventas de coches nuevos aumentaran en Almería un 30%. Desde que en mayo el Gobierno central pusiera en marcha el Plan E 2000,  en nuestra provincia no se ha vuelto a bajar de los 700 coches vendidos al mes.

En su conjunto, no son aún cifras con las que podemos darnos por satisfechos. Son sólo eso, indicios, síntomas, motivos para la esperanza. En el gráfico de la economía almeriense, hemos abandonado ya la línea de descenso y remontamos la que conduce nuevamente a la senda del crecimiento.

Y si las medidas de estímulo impulsadas por las administraciones central y autonómica han sido y están siendo determinantes para mantenernos a flote durante la tempestad financiera, el plan de reformas contenidas en la Estrategia de la Economía Sostenible presentada por el presidente Zapatero supondrá el mejor apoyo posible a esa recuperación esbozada ya en los datos, gracias a la profunda renovación del patrón productivo y a la mejora de la competitividad que propone.

La especial vulnerabilidad de España ante la gran crisis internacional venía anunciada por los desequilibrios que a lo largo de quince años de crecimiento interrumpido habían ido acumulándose: crecíamos, sí, pero con una baja productividad, invirtiendo poco en investigación y desarrollo, con un gasto público en educación por debajo de la media europea y un desmesurado peso del sector inmobiliario en el conjunto de la economía. Entre 2004 y 2008, el Gobierno del PSOE comenzó a corregir estas deficiencias, y de pronto se desplomó el mercado financiero mundial.

Han sido meses muy duros, en los que todo el esfuerzo ha estado dirigido a mantener la actividad y a evitar una fractura social. Es tiempo ahora de abordar un conjunto de reformas en todos aquellos ámbitos que puedan ser implicados en la renovación del modelo productivo. Ése es el sentido último de la Estrategia presentada por el presidente Zapatero, y más concretamente de la Ley de Economía Sostenible, eje de un ambicioso proyecto de Estado en el que difícilmente va a encontrar acomodo el mero cálculo electoral de la oposición: esta no es ocasión propicia para desgastar al adversario, sino para construir entre todos un futuro más sólido.

domingo, 6 de diciembre de 2009

NUEVO FUTURO PARA ESPAÑA


La semana pasada el Gobierno Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero asumió la responsabilidad de impulsar, además de aprobar la Ley de la Economía Sostenible, un conjunto global de reformas, en los próximos 18 meses para que entren en vigor en esta legislatura, con el fin de crear empleo y conseguir un nuevo plan económico.

No vamos a salir de la crisis sin cambios, sin hacer determinadas acciones y sin ser consecuentes con ellas, tenemos que corregir nuestros desequilibrios  y poner en macha reformas para aprovechar nuestras condiciones con el fin de ser más productivos. El objetivo prioritario es lograr un crecimiento equilibrado de la economía española.

La Ley de Economía Sostenible aborda cinco elementos clave para acelerar la modernización de nuestra economía: competitividad, sostenibilidad medioambiental, normalización de la construcción, innovación y formación profesional, e impulso de los sectores emergentes.

Con respecto a la competitividad, la Ley va a reforzar la transparencia y el buen gobierno en el entorno privado al imponer un mayor control de las remuneraciones de los ejecutivos de las sociedades cotizadas por parte de sus accionistas y endurecer el régimen fiscal para las retribuciones plurianuales superiores a los 600.000 euros.

En lo referente a la dimensión medioambiental, se incorporan los compromisos asumidos en la Unión Europea para el año 2020 en materia de emisiones, ahorro y eficiencia energética de renovables. Además, se realiza una apuesta decidida por la eficiencia energética, con un impulso a las empresas de servicios energéticos y objetivos y obligaciones para la administración en materia de ahorro energético.

La tercera cuestión de la que se ocupa la Ley es la normalización del sector de la vivienda. Se le va a dar un fuerte impulso a las actividades de rehabilitación y renovación urbanas estableciendo instrumentos más eficaces y ágiles de planificación, con mayor participación de los ciudadanos, con más capacidad de los poderes públicos para su desarrollo y ejecución y con más protección para los vecinos afectados más vulnerables. 

La Innovación y la Formación Profesional serán también unos pilares fundamentales a desarrollar. Se busca impulsar la trasformación del conocimiento generado por la investigación en nuevos productos y servicios que reviertan en mayor riqueza y empleo de calidad y se va a establecer el derecho de acceso a la banda ancha a un precio razonable, independientemente de la localización geográfica. 

El apoyo a los nuevos sectores será el último propósito relevante de la Ley de la Sostenibilidad. La mejora de la sostenibilidad medioambiental requiere del desarrollo de los sectores que integran la denominada economía verde, las energías renovables, las empresas de servicios energéticos, los servicios de gestión y la reutilización del agua o el trasporte público.

El decidido propósito político del Gobierno es que en los próximos meses nuestro modelo económico-social reciba un fuerte impulso modernizador. Para crear empleo, tenemos primero que impulsar y afianzar la recuperación. El Gobierno de España y todos los socialistas estamos convencidos de que la aplicación de este ambicioso conjunto de reformas va a contribuir en ello.