domingo, 27 de septiembre de 2009

ALMERÍA, TERRITORIO PARA LA INNOVACIÓN

Un estudio hecho público este verano por Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja, nos permitió conocer unos datos más que alentadores en relación con el PITA y su futuro impacto en el tejido socio-económico de Almería: en 2018, año en que está previsto que el Parque Científico-Tecnológico esté a pleno funcionamiento en su tamaño actual, podrían estar establecidas en él doscientas cincuenta y cinco empresas generando mil millones de euros y doce mil quinientos puestos de trabajo. Hablamos, pues, del que será, a finales de la próxima década, el máximo dinamizador de la economía almeriense.
Hace apenas unos días, el PITA se convirtió en la primera tecnópolis andaluza que tiene sede científica propia en un Campus Universitario, el de Almería, lo que representa un hecho de una importancia trascendental, pues significa que ciencia, investigación y empresa estarán estrechamente conectadas. A mi entender, no se puede plantear una clave de futuro de manera más acertada.
El Parque Científico-Tecnológico de Almería está vinculado fundamentalmente al desarrollo y modernización de nuestra agricultura, al punto que se convertirá en el foco de conocimiento en tecnologías para la agricultura intensiva de clima mediterráneo más importante del mundo; pero al mismo tiempo será locomotora de sectores productivos con enorme proyección de futuro, tales como la gestión del agua o las energías renovables.

Con financiación pública y privada, con el inestimable apoyo de nuestros empresarios y el papel esencial que está jugando la Universidad de Almería, el PITA es, sin duda alguna, uno de los proyectos que más está mimando la Junta de Andalucía por lo que representará para nuestra provincia en particular pero también para toda la Comunidad. Ya no es posible que un país, una región, una provincia puedan asentar su desarrollo económico únicamente en el turismo, los servicios o la construcción, sectores que hay que potenciar, sin duda, y que tendrán que entrar también en el juego de la innovación, pero que han de ocupar el espacio que les corresponde en este tiempo y en esta sociedad que nos toca vivir. El Parque Científico-Tecnológico representará un vehículo extraordinario para mejorar la competitividad de nuestras empresas ligadas a la agricultura y consolidarlas en un mundo en constante proceso de modernización, pero, al mismo tiempo, también para favorecer la diversificación de nuestra economía.
En esa diversificación económica, en la inversión en formación, en talento, en investigación y en tecnología, en nuestra capacidad para innovar y para transmitir de manera inmediata esas innovaciones a quienes han de valerse de ellas, está nuestro porvenir y, sobre todo, el porvenir de nuestros hijos.

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