sábado, 19 de septiembre de 2009

ESFUERZO Y RESPETO, PILARES DE LA EDUCACIÓN

Como cada año, parece que el otoño hubiera estado esperando el regreso de los chavales a clase para doblar la esquina del verano y dejar muy atrás las vacaciones. Todo retorna a su sitio, todo empieza otra vez con el inicio del nuevo curso escolar. 147.723 alumnos en Almería, de enseñanzas no universitarias, han vuelto a darle vida a los 560 centros educativos de la provincia y se han convertido ya en el nuevo reto profesional de 9.874 profesores. Un 97% de estos alumnos estudia en colegios e institutos sostenidos con fondos públicos, porcentaje que coincide con el del conjunto de Andalucía, lo que da la medida del enorme esfuerzo operativo, organizativo y económico que supone poner en marcha el nuevo curso.
Este año se consolidan iniciativas tales como la gratuidad de libros de texto para el alumnado de enseñanzas obligatorias y se introducen importantes novedades. Por ejemplo, todos los alumnos andaluces de 5º y 6º de Primaria dispondrán de un ordenador portátil durante este curso, se amplía la red de centros bilingües -21 más en Almería- y se pone en marcha la BECA 6.000, destinada a evitar que los alumnos procedentes de familias con rentas bajas abandonen el sistema educativo por falta de recursos. Y con el fin de aumentar los niveles de calidad mediante una atención más personalizada hay, también, más profesores en centro públicos.

Primarán las nuevas tecnologías, el fomento de la lectura y el refuerzo de los deberes, entendidos en este caso no como la tarea que los alumnos han de realizar en casa para afianzar los conocimientos adquiridos en clase, sino como la obligación de aprovechar los enormes recursos públicos que la Administración pone al servicio de los estudiantes andaluces. No se trata de apostar sólo por los derechos, que están ya consolidados, sino también por los deberes, porque, como señaló acertadamente la Consejera de Educación, o ponemos de moda los deberes o acabaremos perdiendo los derechos.

Un objetivo prioritario de la Junta de Andalucía en materia educativa es recuperar el valor del esfuerzo: nada que merezca realmente la pena se obtiene sin trabajo. Se introducirán, pues, medidas encaminadas no sólo a impulsar la modernización sino también a promover esa cultura del esfuerzo y en mejorar el rendimiento escolar, reforzando, sobre todo, el papel del profesorado, pilar en que se asienta todo el sistema educativo.
Porque más importante que las infraestructuras, los ordenadores portátiles y el resto de medidas, es la actitud social ante la educación. Hace dos generaciones, estudiar más allá de las primeras letras seguía siendo un privilegio, lo saben bien nuestros abuelos; hoy no puede ser una mera rutina. Debemos fomentar, entre todos, valores como el respeto, el esfuerzo, la responsabilidad y la evaluación. Suscribo las palabras de la Consejera cuando afirma que ninguna sociedad que aspire a ser próspera y decente puede perder el respeto a los maestros. Ahora bien, está por ver que el respeto pueda alcanzarse tan solo a través de la autoridad. Podríamos incurrir en una interpretación demasiado simplificada de la situación educativa, cuando estamos ante una realidad que excede los límites de un aula. Un dato revelador: según la Encuesta Internacional sobre Docencia y Aprendizaje, promovida por la OCDE, las mayores diferencias en las relaciones entre docentes y alumnos no se dan entre países, ni tampoco entre centros de zonas distintas, sino entre profesores de un mismo colegio que dan clase cada día a los mismos alumnos. Este y otros hechos deberían considerarse con atención antes de anunciar medidas políticas que no hayan surgido de la reflexión, el consenso y la experiencia.

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