UN NUEVO FONDO DE INVERSIÓN LOCAL

Las cifras demuestran, sin ningún género de dudas, que no ha habido ningún Gobierno que haya apoyado más a los ayuntamientos españoles que el actual, ejerciendo un municipalismo de hechos y no de palabras. La reciente aprobación del Nuevo Fondo de Inversión Local viene a sumar cinco mil millones de euros a los ocho mil que se han destinado en el Fondo vigente, la mayor inversión estatal en nuestros ayuntamientos de toda la historia.

El actual Fondo, ése que para quienes siempre ven la botella medio vacía supone simplemente calles levantadas, ha generado cuatrocientos veintidós mil empleos directos  (casi cinco mil de ellos en Almería), un cincuenta por ciento más de los previstos inicialmente, y ha permitido a más de catorce mil pequeñas y medianas empresas mantener su actividad. Toda una demostración de eficacia en la aplicación de medidas para estimular la creación de empleo que se reeditará el próximo año, pero con importantes novedades.

En primer lugar, los proyectos que se financiarán serán de distinta naturaleza, relacionados en esta ocasión con el desarrollo de la economía sostenible. El objetivo sigue siendo el mismo, el que es de absoluta prioridad para el Gobierno de Zapatero, la creación de empleo, pero esta vez de una forma más ambiciosa: potenciando el cambio de nuestro modelo productivo, y dándole, además, la oportunidad a los ayuntamientos de contribuir a preparar a sus municipios para ese cambio tan necesario. Para ello se priorizarán, en el nuevo Fondo, proyectos relacionados con las nuevas tecnologías, con el ahorro de energía, con la sostenibilidad social, económica y ambiental y con el desarrollo empresarial. Es, entre otras cosas, una extraordinaria ocasión para impulsar la ciencia y la innovación, y es por ello que el Ministerio de Ciencia e Innovación va a crear una línea permanente de colaboración con los ayuntamientos para apoyarles en los proyectos que pongan en marcha gracias a este nuevo Fondo.

Importantes novedades son también, por un lado, que se primará la contratación de parados de larga duración y de autónomos que hayan cesado su actividad, y por otro, el hecho de que las entidades locales podrán destinar el veinte por ciento del dinero que reciban a gastos corrientes vinculados con servicios sociales de competencia municipal, fundamentalmente en educación y atención a personas en situación de dependencia.

Algunos ciudadanos se preguntan ya qué clase de proyectos se financiarán con este nuevo Fondo, puesto que no serán ya del tipo del que hemos podido ver en nuestras ciudades a lo largo de todo el año. Bien, se tratará, por ejemplo, del impulso de parques empresariales, científicos y tecnológicos, del despliegue y acceso a redes de telecomunicación, de proyectos encaminados a ahorrar energía y recursos hídricos, a reforzar los medios de transporte menos contaminantes, a crear o mejorar centros de servicios sociales, sanitarios, culturales y deportivos. En definitiva, a hacer más habitables nuestros pueblos y ciudades y, como ya he dicho, a ir preparándolos para ese nuevo modelo económico y productivo que vendrá a sustituir al modelo fracasado, el modelo de ladrillo y sólo ladrillo. 

El Gobierno quiere que este Fondo se aplique ya en enero de 2010, es decir, que no haya interrupción entre los proyectos financiados con el Fondo vigente y los que se financien con el nuevo, y por ello ha optado por la fórmula legislativa más rápida, el Real Decreto Ley. Fiel a sus principios de diálogo y consenso, el Gobierno, a través del Ministerio de Política Territorial, ha mantenido reuniones con todos cuantos intervienen, de un modo u otro, en la gestión de los proyectos: con la Federación de Municipios y Provincias, lógicamente, y con los portavoces de todos los grupos parlamentarios, y con las centrales sindicales y las organizaciones empresariales, y con la Banca y las Cajas de Ahorro.

En 2010, los ayuntamientos españoles volverán a jugar un papel protagonista en la recuperación económica, creando empleo y ayudando a definir un nuevo modelo productivo basado en la economía sostenible. Es el papel que el Ejecutivo socialista quiere que jueguen, es el papel que sin duda merecen jugar.