domingo, 4 de octubre de 2009

UNOS PRESUPUESTOS PARA LAS PERSONAS

Seguramente habrá quien piense que este año nos va a ser difícil a los socialistas explicar los Presupuestos Generales, incluso quien esté frotándose las manos por ello. Nada más lejos de la realidad. No hay un solo socialista que no sienta el orgullo de ver reflejados en las cuentas del Estado para el año que viene nuestros principios, los principios que confluyen en el concepto de justicia social, y fundamentalmente uno, el que da sustento y razón de ser a toda sensibilidad política de izquierdas: que la primera responsabilidad de los poderes públicos es con los más débiles. Los Presupuestos para 2010, después de un año extremadamente difícil en lo económico y en lo laboral, serán los presupuestos de las personas: es así de fácil, así de claro y así de cabal.

Son unas cuentas austeras, pero es lo que corresponde en tiempos de crisis. Los Gobiernos presididos por José Luis Rodríguez Zapatero supieron invertir bien cuando propiciaron cotas económicas no conocidas anteriormente en nuestro país. Ahora toca invertir bien de otra manera, contener el gasto para combatir la crisis y preparar la recuperación, y así lo contemplan estos Presupuestos. Y no es una contención limitada, sino la mayor posible. Eso sí, coherente con la que ha sido seña de identidad del PSOE en el Gobierno: se refuerza la protección social y la inversión productiva.

Más de la mitad de los Presupuestos, de acuerdo con el proyecto de Ley que la semana pasada llegó al Congreso de los Diputados, será destinado a gastos sociales -esos que el PP pide abiertamente recortar-, es decir, pensiones, vivienda, desempleo y dependencia, y crecerá, igualmente, la inversión en Educación y en Justicia, por ejemplo. Son, ni más ni menos, que unos Presupuestos socialistas.

Los almerienses ya me han oído y leído, en éste y en otros medios, que saldremos de la crisis todos juntos, sin haber dejado a nadie en la cuneta. Para hacerlo posible será necesario que el Estado aumente sus ingresos, y eso se logrará mediante un incremento moderado y temporal de algunas figuras impositivas, lo que se ha dado en llamar, aunque no de una manera rigurosa, subida de impuestos. El PP, que clama contra esta medida al tiempo que pide mayores inversiones estatales en las Comunidades donde gobierna, se olvida de mencionar, cuando se rasga las vestiduras con gran aparato teatral, que de lo que se trata es de recuperar una parte, solo una parte, de la presión fiscal que los propios socialistas bajamos en la pasada legislatura, y que si utilizamos el concepto de subida de impuestos ésta sólo lo es, en cualquier caso, con respecto a los impuestos del año pasado y no con respecto a los del año 2004, cuando Zapatero llegó a la presidencia del Gobierno y se los encontró muy por encima.

Decía al principio que para un socialista este proyecto de Presupuestos es fácil de explicar, más, añado ahora, si se trata de un socialista almeriense, porque nuestra provincia no sólo se beneficiará de las medidas sociales que contempla –más protección para los desempleados a quienes se les acaba la prestación, más, mucha más ayuda para la dependencia, mayor poder adquisitivo para los pensionistas, más ayudas en vivienda a través de Renta Básica de Emancipación, más becas de estudios-, sino que además tiene económicamente cubiertas todas las grandes infraestructuras proyectadas, tanto las hidrológicas como las de comunicación.

Dicho de otro modo, ¿cómo iba a ser difícil explicar unas cuentas cuya palabra que mejor las define es “solidarias” y que son sensibles con las necesidades de Almería?


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