Probablemente este periódico
de cuenta hoy en sus páginas de la concentración ciudadana, entre festiva e
informativa, prevista para ayer domingo en la Cañada de Cañepla, una pedanía del
municipio de María. Según reivindican sus convocantes, existen razones, avaladas
geográfica e históricamente, para afirmar que en ese lugar, y en contra de lo
que hemos tenido por cierto desde mediados del siglo XIII, tiene su nacimiento
el río Guadalquivir y no el llamado Guadiana Menor.
Se trata de una tesis que tal
vez no sea conocida por la mayoría de los almerienses pero que viene de lejos y
ha sido mantenida científicamente por muchos expertos e incluso aceptada en un
libro publicado en 1977 por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Como
hecho curioso, se cuenta que en julio de 1983 una expedición apoyada por la
Junta de Andalucía y promovida por un ingeniero y espeleólogo, Vicente Torres,
un catedrático de Bellas Artes, Ramiro Sanz, y un ex campeón de piragüismo,
Rafael López, descendió el curso del Guadalquivir desde ese preciso punto de la
comarca de los Vélez hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, sin duda
teniendo que echarse la piragua a los hombros en varios tramos. Este año, el
recorrido inicial habría resultado más sencillo gracias a que las lluvias caídas
han gozosamente devuelto el agua a todo el cauce.
Los datos son los siguientes:
en el pantano de Doña Aldonza, al sur de Úbeda, se encuentran el llamado alto
Guadalquivir, nacido en la sierra de Cazorla, y el Guadiana Menor, al cual,
desde su nacimiento en María, se le conoce sucesivamente por diversos nombres
siendo el mismo río; éste último es unos sesenta kilómetros más largo que el
primero (y he ahí uno de los principales criterios que se siguen a la hora de
determinar cuál es el río principal y cuál el afluente) y atraviesa un área
mucho más amplia y poblada, sometida a una intensa explotación agrícola, lo que
reduciría su caudal en comparación con el alto Guadalquivir.
Quienes defienden la tesis de
un nacimiento del Betis romano en la comarca de los Vélez aportan también
razones históricas: aseguran que, tal y como estaría acreditado documentalmente,
hasta mediados del siglo XIII siempre se consideró que la cabecera del
Guadalquivir, el árabe Wadi al-Kabir o Río Grande, estaba en las fuentes del
llamado Guadiana Menor, en la provincia de Almería, y no en la sierra de
Cazorla. Subrayan, asimismo, la relevancia de un Guadalquivir que conectara de
Este a Oste todo el Sur de la península frente a un tramo, el que va de del
pantano de Doña Aldonza a Cazorla, que nunca fue ruta hacia ningún sitio ni
emplazamiento de tantas civilizaciones como las que dejaron su huella en la
cuenca del Guadiana Menor.
¿Consideraron los cristianos
del siglo XIII que el nacimiento del Guadalquivir debía estar en una zona ya
“reconquistada” en esa época y no al otro lado de las impenetrables fronteras
que los separaban aún los reinos musulmanes? Ésa, es, en cualquier caso, la
tesis de algunos historiadores y geógrafos. En mi opinión, se trata de una
teoría sumamente interesante en la que sin duda se irá profundizando en los años
venideros y a cuyo desarrollo deberíamos estar atentos todos los almerienses,
pues no en vano hablamos de un río que es columna vertebral de Andalucía y de la
posibilidad de sentirnos aún más vinculados a una historia común y milenaria a
través de sus aguas, símbolo de fecundidad y de vida.
1 comentario:
Es muy triste el caso de la niña Mc Cann que mencionas, aunque el tema del que habla mi articulo sea otro completamente distinto.
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