lunes, 19 de abril de 2010

Por el empleo estable


El último documento de trabajo que ha presentado el Gobierno a los interlocutores sociales, sindicatos y organizaciones empresariales en el marco del diálogo social sobre actuaciones en el mercado de trabajo les fue entregado el pasado lunes. No se trata de un documento final, sino que está abierto a negociación y modificaciones. 

Tal como se ha mantenido en la mesa de negociación, el Gobierno de España entiende que esta debe articularse alrededor de cinco ejes fundamentales: dualidad y temporalidad de nuestro mercado laboral, revisión de la política de bonificaciones a la contratación, programa de empleo de jóvenes, intermediación laboral y fomento de la reducción de jornada como instrumento de ajuste temporal de empleo. El documento de trabajo propuesto por el Gobierno en la Mesa de diálogo social contiene medidas para todas y cada una de estas materias.

Para acabar con la temporalidad de nuestro mercado laboral y con la dualidad entre trabajadores fijos y temporales la propuesta del Gobierno recoge la contratación estable como elemento central del nuevo modelo de crecimiento económico y de nuestro sistema de relaciones laborales. Esto sería posible con medidas que propicien la contratación indefinida y con otras que racionalicen el uso de la contratación temporal y desincentiven su uso injustificado. Y todo ello sin que produzca un incremento de costes que grave las nuevas contrataciones y afecte a la creación global de empleo.

En torno al último documento presentado el Gobierno a la mesa de diálogo social ha surgido la polémica en lo que hace referencia al modelo austriaco. En esta parte se habla de sistemas de indemnización por despido que en los últimos años se han adoptado en algunos países europeos, que permitan incrementar la estabilidad en el empleo y fomentar una movilidad laboral más sana, así como la formación para el empleo a lo largo de toda la vida laboral. El Gobierno considera que es necesario avanzar en vías de este tipo que podrían ser de especial utilidad para resolver el problema estructural más grave de nuestro mercado de trabajo: la dualidad entre trabajadores fijos y temporales. 

Con este modelo, tal y como funciona en Austria, el despido está garantizado. Cada trabajador tiene una cuenta individual donde mensualmente se ingresa la parte correspondiente a la indemnización por despido, un porcentaje de su sueldo, como ocurre con la cotización por desempleo. 

Si el trabajador es despedido, retira los fondos de esta cuenta, por lo que la indemnización no supone un sobrecoste para la empresa de forma puntual ni tiene que abonarle en ese momento indemnización alguna. Si el trabajador no es despedido y cambia de trabajo, se lleva la cuenta a otra empresa que es la encargada de ingresarle. Si el trabajador, con el modelo austríaco, finalmente se jubila sin haber sido despedido puede retirar los fondos de la cuenta y complementar su pensión de jubilación. 

En Austria se pretende que tanto el desempleo como las indemnizaciones por despido sean financiados con las cotizaciones, el Estado sólo paga unas prestaciones mínimas de paro. Además este modelo facilita la movilidad laboral, hay menos reticencias a cambiar de puesto de trabajo tanto por parte del trabajador como de las empresas.

Esta propuesta ha de someterse aún al análisis detenido de los agentes sociales en la mesa de negociación y sólo saldrá adelante en caso de que entre todos se llegue a un acuerdo para ello.

El Gobierno mantiene firme su propósito de concluir la negociación con un acuerdo tripartito con organizaciones empresariales y sindicales que permita avanzar hacia un mercado de trabajo más moderno, funcional y coherente con el desarrollo de la Economía Sostenible; un acuerdo, que garantice su equilibrio y aplicación más eficaz, que respete los condicionantes presupuestarios en que se enmarca la actual política económica y que apoye la creación de empleo y aumente las oportunidades de empleo de las personas desempleadas.

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