Hace ahora dos años que en
Almería empezó a hablarse de la posibilidad de crear una Facultad de Medicina.
La iniciativa partió del Colegio Oficial de Médicos, y de manera inmediata fue
respaldada por el propio Rector de la UAL y por el conjunto de fuerzas políticas
de la provincia. Si bien hasta entonces nadie había considerado factible soñar a
corto plazo con la implantación en Almería de una carrera de tanta relevancia
académica y social, o al menos no se había hecho en público, pronto pasó a ser
una legítima aspiración de toda la sociedad almeriense y hoy, tras la decisión
adoptada el viernes por el Consejo Andaluz de Universidades, es una realidad al
alcance de la mano.
Almería reúne las mejores
condiciones para acoger unos estudios superiores de Medicina: en primer lugar,
es la capital andaluza más alejada de cualquier otra Facultad de Medicina
–ciento ochenta kilómetros hasta Granada-; también la explosión demográfica es
mucho más significativa en nuestra provincia. Desde un principio, el PSOE de
Almería apostó claramente por esta iniciativa, aprobando entonces en nuestro
Comité Provincial una resolución en la que se instaba a las instituciones a
iniciar las gestiones pertinentes para que nuestra Universidad acogiera una
Facultad de Medicina, y hemos hecho todo cuanto estaba en nuestra mano para
trasladar a la sociedad almeriense el enorme beneficio que supondría un hecho
como éste. Pero también desde un principio nos hemos cuidado de que esta
cuestión no desembocara en un enfrentamiento entre provincias andaluzas, y
asimismo dejamos claro que frente a la tentación de la demagogia política no
cabía sino el escrupuloso respeto hacia el principio constitucional de autonomía
universitaria. Se ha tratado, sencillamente, de exponer sobradas y sólidas
razones por las cuales, si el Consejo Andaluz de Universidades encontraba viable
la creación de una nueva Facultad de Medicina en Andalucía, ésta debería
establecerse en Almería.
Los datos han estado siempre a
favor de crear, al menos, una más: la necesidad de nuevos médicos –la Consejería
de Salud apuntó que entre los años 2015 y 2025 se producirá una jubilación
masiva de facultativos- y el hecho de ser una carrera ampliamente demandada. Las
ventajas de su implantación, por otro lado, son más que evidentes: la creación
de un Hospital Universitario, donde los estudiantes adquieren formación
práctica, vendría a potenciar las infraestructuras sanitarias existentes, las
inversiones aumentarían, los almerienses que cada año inician estudios de
Medicina no tendrían que desplazarse fuera para cursarlos y se reforzarían las
ya consolidadas titulaciones de Fisioterapia y Enfermería.
Los nuevos estudios de
Medicina, según se ha indicado, presentarán aspectos novedosos con respecto a
los métodos formativos tradicionales, buscando fundamentalmente una mayor
especialización. En cualquier caso, hablamos de una carrera de una particular
trascendencia, pues se trata de dar una respuesta eficaz a las necesidades de
salud de los ciudadanos. Y hablamos, igualmente, de un acontecimiento de enorme
relevancia, pues con su implantación, nuestra Universidad, el mayor motor de
dinamización social, económica y cultural que ha conocido Almería, alcanzará
también una altura académica que la permitirá ampliar aún más la ya
extraordinaria influencia que ejerce en la sociedad almeriense.
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