lunes, 6 de diciembre de 2010

CONFIANZA FRENTE A IRRESPONSABILIDAD

Al celebrar el aniversario de la Constitución española celebramos también el consenso que hizo posible la transición a un Estado de Derecho plenamente democrático desde el largo túnel de la dictadura franquista. En aquella encrucijada histórica de la segunda mitad de los setenta, todas las fuerzas políticas asumieron que sólo desde la responsabilidad y la altura de miras, sólo dejando a un lado las naturales divergencias ideológicas y los intereses partidistas, sería posible construir un futuro sólido. Así fue, y España ha vivido desde entonces el periodo de mayor estabilidad, modernización y bienestar de toda nuestra historia.

Hoy estamos en una nueva encrucijada no menos histórica y en medio de una nueva transición, la que va de un modelo económico neoliberal, basado en la especulación y la desigualdad, que se ha venido abajo estrepitosamente, y un nuevo modelo productivo más justo que habremos de propiciar mediante ineludibles reformas. La diferencia es que en esta encrucijada no estamos solos: todo el mundo, y especialmente la Europa de la que formamos parte y en la que ocupamos un lugar importante, está en ese mismo punto del camino, y será entre todos como salgamos de esta difícil situación, cada cual cumpliendo con los compromisos que adquiera y sabiendo que quienes provocaron la debacle económica internacional no renunciarán fácilmente al dominio de los mercados financieros.

España está cumpliendo con sus obligaciones, poniendo en marcha los ajustes y reformas a las que nos hemos comprometido, actuando con firmeza y determinación, y sin olvidar que en cualquier caso las medidas de hoy deben también garantizar las políticas sociales de mañana. Las medidas adoptadas ya han logrado reducir el déficit público un 47% en un año, lo que significa que estamos en la buena dirección. Pero en ese esfuerzo, que no es sólo del Gobierno, sino de toda la sociedad española, el principal partido de la oposición no ha querido entrar en ningún momento. El ejercicio de responsabilidad que hizo posible el pacto constitucional ha desaparecido por completo de la hoja de ruta que sigue la derecha en España: el PP vio desde el principio que la crisis económica, lejos de ser un problema, era una extraordinaria oportunidad electoral.

Durante estos dos últimos años, el Partido Popular no ha movido un solo músculo para empujar en contra de la crisis. No han apoyado ni una sola de las medidas puestas en marcha, ni siquiera aquellas con las que estaban de acuerdo, ni siquiera las que eran fruto de compromisos adoptados en el seno de la Unión Europea y que vinculaban a todos los socios. Ése ha sido su papel hasta hace apenas unos días. Ahora, al parecer, los dirigentes de la derecha han decido que es el momento de pasar a la acción, pero no a una acción que favorezca los intereses de España, sino que, generando desconfianza, los debilite.

Puesto que a nuestro país le hubiera resultado mucho más fácil luchar contra la crisis si el principal partido de la oposición hubiera ayudado a ello, ¿por qué no la han hecho? Si el PP sabe que la solvencia de España está fuera de toda duda, ¿por qué se empeña en trasladar una falsa imagen de inestabilidad política, económica e institucional? Si la confianza en nuestro país es un elemento fundamental para recuperar el ritmo de crecimiento y favorecer la creación de empleo, ¿por qué construir un discurso que atemoriza a los ciudadanos y alienta a los especuladores? ¿Acaso la derecha española estaría dispuesta a ganar unas lecciones incluso a costa de heredar un terreno calcinado, si eso fuera necesario? No cabe ya mayor insensatez.

No hay comentarios: