El
pasado viernes tuve el placer de acompañar a Jesús Caldera en la presentación
en Almería de su libro ‘Un tiempo para la igualdad’. La lectura de la obra, que
aborda temas relacionados con el empleo, la igualdad y los nuevos derechos
ciudadanos, sin dejar de lado cuestiones más amplias como la crisis económica o
la protección del medio ambiente, resulta especialmente valiosa en los tiempos
que corren.
La
amplitud de miras de este libro se intuye desde el mismo momento en que
reparamos en que el hecho de que haya sido escrita por un ex ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales, socialista para más señas, no ha sido óbice para
que lo publique Ediciones Turpial, propiedad de otro ex ministro de Trabajo, en
esta ocasión, de pasado ‘popular’: Manuel Pimentel.
Lejos
de constricciones ideológicas o de esas frases vacuas que habitan en tantos
ensayos escritos desde la resistencia contra el olvido público, el libro de
Jesús Caldera aporta un lúcido análisis de los procesos que está viviendo la
sociedad española, enriquecido con valiosas propuestas para enriquecer el
debate político. No en vano, el autor está convencido de que sólo las ideas y
los valores podrán sacar a las democracias occidentales de la encrucijada en la
que se encuentran.
El
mayor aval de la obra es la labor que realizó Jesús Caldera como ministro de
Trabajo, Asuntos Sociales e Inmigración en la pasada legislatura, entre 2004 y
2008. Su paso por el ministerio marcó un antes y un después, supuso un punto de
inflexión en las políticas sociales que se venían aplicando en nuestro país.
Caldera
fue el encargado de retomar la senda modernizadora que había iniciado el PSOE
de Felipe González y que se vio interrumpida durante los 8 años de gobierno de
José María Aznar. El paso de los años nos devuelve la justa medida de las
cosas, y es ahora, al volver la vista atrás, cuando podemos ver con claridad la
verdadera dimensión que tuvo su trabajo.
Con
él nacieron leyes que hoy damos por supuestas, derechos que hemos asumido como
propios y políticas que en su día estuvieron a la vanguardia y que al final han
terminado copiando otros países europeos.
Con
Jesús Caldera vieron la luz normas tan importantes como la Ley de Igualdad o la
Ley Integral contra la Violencia de Género. También nacieron derechos que nadie
podía imaginar entonces y que hoy hemos incorporado con toda naturalidad a
nuestro Estado del Bienestar: los que emanan de la Ley de la Dependencia, que
tantas familias han disfrutado y siguen disfrutando.
En
materia de trabajo, con Jesús Caldera el Salario Mínimo Interprofesional
alcanzó los 600 euros, algo que tampoco nadie podía esperar por aquel entonces.
Consensuó con los agentes sociales una reforma laboral y otra de la Seguridad
Social, que permitieron crear más y mejor empleo. Salió adelante el Estatuto
del Trabajador Autónomo y se puso en marcha un importante plan para atajar la
siniestralidad laboral.
Fue
un trabajo ingente el que realizó en sólo cuatro años Jesús Caldera,
consiguiendo rubricar una veintena larga de acuerdos en materia social y
laboral.
De
todo ese trabajo ha quedado una importante herencia para nuestro país, que
debemos reconocer por una cuestión de simple justicia.
Son
pocos los que admiten el calificativo de ‘hombres de futuro’. Jesús Caldera es
uno de ellos y la lectura que nos propone resulta necesaria para comprender
dónde estamos y hacia dónde debemos caminar, en la búsqueda de una sociedad más
justa, más segura, más rica en valores y, en definitiva, mejor.
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